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No sólo es legal, sino que está defendido por la Constitución, en cuyo artículo 14 se reconoce el derecho a no ser discriminado por ninguna circunstancia personal. Desde 2005, año en el que se modificó el Código Civil para permitir el matrimonio entre personas del mismo sexo, y el 2007, año en el que se aprobó la Ley de Identidad de Género, en España no existe ninguna diferencia legal entre ser heterosexual, lesbiana o gay; o entre ser una persona transexual o transexual. Ahora es preciso trasladar esa igualdad legal a una igualdad real, donde la discriminación que prohibe la ley esté exenta de la vida cotidiana. Por ello, en el ámbito educativo, la LOE, reconoce que debe inculcarse en los centros educativos el respeto a la pluralidad de las sexualidades de los individuos y la necesidad de la convivencia de todas las diferencias que enriquecen nuestra sociedad.