Apenas a veintidós semanas de haber sido gestada, una niña ya tiene formado su clítoris y ese aspecto es el mismo que tendrá cuando la pequeña nazca.
Según estudios anatómicos, el clítoris posee unas ocho mil terminaciones nerviosas, una concentración mayor que no tiene ningún otro órgano, incluidos los labios, la lengua y la punta de los dedos. Debido a su alta sensibilidad, a veces duele, y por ello, hay que estimularlo suavemente; de lo contrario, si se aplica la rudeza o se presiona demasiado sobre él, en vez de provocar placeres, crea desagrado.
Masaje circular: Pon los primeros dos dedos de cualquier mano encima del clítoris y muévelos de forma circular, variando la velocidad y presionando fácilmente, de esta manera se puede alcanzar orgasmo en menos de un minuto.
Dando golpecitos: Utiliza tu mano izquierda para echar los labios vaginales hacia atrás de la forma que el clítoris quede muy expuesto. Entonces con tu dedo índice de la mano derecha empieza dando ligeros golpecitos con la yema de los dedos suavemente sobre el clítoris.
Clítoris y vagina: No hay nada que consiga ponerte húmeda más rápido que usar una combinación de ambas manos. Haz que los dedos de una mano jueguen con tu clítoris y lo estimulen como desees, mientras con la otra mano, pon dos o tres dedos dentro de la vagina y empieza a meterlos y sacarlos. Esto básicamente simula un contacto sexual, y funciona muy bien con el estímulo del clítoris.