Zonas Erógenas de la Mujer

Lesbision | 13:39 | |
   El cuerpo humano está plagado de puntos que producen sensaciones placenteras con apenas acariciarlos, son las zonas erógenas. No se trata de puntos arbitrarios: son aquéllos en los que se concentra gran cantidad de terminaciones nerviosas y gracias a ello responden con una especial sensibilidad ante una estimulación adecuada.

   Las zonas primarias, son las partes del cuerpo más erógenas, las que mejor responden ante cualquier toque sensual y la mejor vía para llegar a la excitación sexual.

   Las zonas secundarias, como el cuello, el centro de la espalda, las orejas, la garganta, los labios, la parte anterior de las piernas, el ano, son partes del cuerpo que responden con altos niveles de placer y excitación, aunque con menor grado que las primarias.

Las orejas: Son partes del cuerpo muy sensibles, sobre todo el lóbulo y la parte trasera. Sin importar el sexo de tu pareja, prueba la siguiente técnica: introduce la punta de tu lengua en el interior de su oreja y traza circulitos. Después lame el lóbulo de la oreja y aprisiónalo entre tus labios, apretándolo suavemente. También puedes soplar un poco, detrás de la oreja.

La boca: La sensibilidad de los labios aumenta con la excitación haciéndolos muy sensibles al roce y la caricia de otros labios y otras partes del cuerpo. La lengua permite realizar suaves caricias en cualquier parte del cuerpo de tu pareja y es para muchas personas, el vehículo para obtener los juegos sexuales más sensuales y excitantes.

Cuello, nuca y hombros: Con las manos o la boca se pueden estimular estas zonas de especial sensibilidad produciendo placenteros escalofríos. Besa, lame y acaricia su cuello, y además frota y masajea con suavidad los hombros.

El clítoris: Es la parte más sensible sexualmente del cuerpo de la mujer y la más fácil de estimular. Debe hacerse suavemente y sin precipitación, para que no resulte molesto. Tienes que evitar tocar el clítoris si esta seco, por ello, lubrica con saliva tus dedos antes de tocarlo.

La vagina: Es rica en terminaciones nerviosas y reacciona con intensidad a toda clase de caricias. Los labios menores de la vagina son mucho más sensibles que los mayores, sobretodo a lo largo de la superficie interior. En la pared frontal de la vagina se encuentra el denominado punto G, terriblemente sensible a la estimulación erótica.

Pechos: Son muy sensibles sexualmente y se trata de un centro de placer sexual femenino. Los pechos pueden ser estimulados de muchas maneras. Pueden ser acariciados y masajeados, mediante besos, lamidos, etc. Prueba esto: cubre todo su pecho de besos húmedos, de arriba a abajo, y realiza pequeños lametones. Sopla en la superficie húmeda. Esta alternancia entre frío y calor en el pecho resulta muy excitante.

Brazos: Una estimulación manual suave en la zona axilar y la cara interna del antebrazo resulta muy placentera, pero siempre que se evite producir cosquillas. Como extensión de la línea mamaria requiere una estimulación muy suave. La parte interna del codo resulta una zona erógena de carácter secundario y tiene utilidad en combinación con otras zonas, pero no de forma independiente.

Espalda: A los lados de la columna vertebral se localizan una serie de nervios que pueden estimularse de forma muy efectiva por medio oral o manual, siempre en sentido ascendente o descendente. Frente al hueso sacro existe una zona más sensible que el resto, donde se juntan espalda y trasero.

Vientre: Responde muy bien a frotamientos y besos suaves. El área alrededor del ombligo es muy sensible en las mujeres.

     No toda estimulación de una zona erógena será siempre placentera. Depende de varios factores, como la destreza del amante en la estimulación, o simplemente en la predisposición del receptor/a. El descubrimiento y exploración de las zonas erógenas debe ser cariñoso, sensual, y pensado, es decir, decidiendo previamente qué partes del cuerpo quedan fuera del juego. Además, no todas las terminaciones nerviosas existentes son iguales para todos y por lo tanto no todos tenemos las mismas zonas erógenas con igual nivel de sensibilidad. Depende de cada persona.