A través de la masturbación femenina, las mujeres tienen la posibilidad de descubrir las zonas más sensitivas y placenteras de sus cuerpos. Aprendiendo a conocerse y a estimularse a sí mismas, las mujeres no solo alcanzarán más placer a través de la auto-estimulación, sino que podrán educar a sus parejas para que conozcan y estimulen estos puntos
Receta hacia una sexualidad plena.
La represión sexual que han vivido durante muchos años las mujeres las ha conducido a buscar otras zonas de su cuerpo en las que recrearse para obtener placer sexual en solitario sin tener que centrar su empeño en los genitales.
Acariciar los senos, la parte interior de los muslos, la tripa o las manos puede resultar tan placentero para algunas mujeres como estimular directamente el clítoris. Aún así, este es la fuente de placer por excelencia a la que no se puede renunciar.