Es aquí donde los juegos sexuales pueden darte una mano, para que reavives la pasión con tu pareja. Y si la llama está encendida, pues también te invitamos a que la avives aún más con estos juegos recomendados. Gracias a los juegos sexuales puedes descubrir sensaciones antes no experimentadas, además de estrechar aún más la relación y confianza con tu pareja.
Para las mujeres, mediante la combinación de estímulos físicos y psíquicos que se dan en estos juegos sexuales, consiguen que su vagina se dilate y, por tanto, que comience a lubricar. Además de que se trabaja el punto mental y el poder de los deseos más íntimos.
Incluso los neurólogos más prestigiosos afirman que el órgano sexual más importante es el cerebro. No hay que ser científica para admitir eso. La mente no descansa ni durante el sueño, y también en el terreno sexual tiene algo que decirnos. De ahí la relevancia de las fantasías sexuales, las preferencias amatorias, los gustos y las fobias que cada persona tiene en materia sexual. La enemiga de toda esa clase de estímulos de la libido es, sin duda, la rutina. Aunque existan los sentimientos, es primordial para una pareja mantener en alza su mutuo deseo pasional.
¿Cómo salir de la rutina sexual?
Cada pareja tiene sus preferencias y toma sus decisiones, pero lo esencial es que, lo que compartan, sea elegido libremente por ambas partes. Las coacciones, imposiciones o manipulaciones a la pareja, para que acepte algo que, en realidad, no le agrada, solo acaban generando disgusto, resquemores y miedos. El juego erótico, como todo juego, debe ser algo agradable, lúdico y deseado. Y, en esas condiciones, además de unir, es divertido, crea buenos momentos y estimula no ya el placer sino la creatividad.
Hay parejas que optan por juegos eróticos que entran dentro de las llamadas “parafilias”. Es decir, se excitan sexualmente provocando unas determinadas situaciones específicas. Ese comportamiento no tiene porqué ser peligroso o enfermizo, a menos que se vuelva obsesivo o sea la única forma de llegar al orgasmo o la excitación. Pero, fuera de la parafilia hay pequeñas fantasías sexuales que pueden transformarse en juegos eróticos y puntuales entre dos. Veamos algunos posibles juegos en pareja, para salir del aburrimiento cotidiano, o de la desgana sexual.
Jugando sexualmente con la pareja
Los juegos eróticos pueden ser improvisados o planeados. Si la pareja habla de ello, pueden imaginar en común situaciones ficticias que les estimularían y llevarlas a cabo. O, quizás, una de las partes prefiera ser la sorprendida por su pareja, quien improvisa eventuales y pequeñas fantasías o comportamientos. Algunos juegos habituales entre las parejas pueden ser:
Sexo a ciegas: Tapar la visión de la pareja, o dejarse llevar por ella con los ojos cubiertos, es un antiguo juego erótico que suele gustar. La falta de visión agudiza otros sentidos, como el de la sensibilidad al tacto, el oído y, en general, la percepción de las sensaciones. Debe ser un juego bien aceptado, realizado en connivencia y en el que prime la confianza y respeto de ambas personas.
Distintas identidades: Pactar y fingir identidades o roles diferentes a los reales, es también una fantasía llevada a la práctica común. La pareja decidirá si utiliza disfraces o solo fingen situaciones o personalidades distintas, para su juego. Se puede incluir la ubicación de diferentes escenarios, o limitarse a la intimidad del hogar o el lugar habitual de los encuentros.
Masajes y sensaciones: La utilización de aceites perfumados, frutas, espumas, flores u otros elementos o utensilios que trasmiten sensualidad y suavidad a los sentidos está ampliamente extendida en los juegos eróticos de las parejas. Los aromas y la delicadeza tienen mucho que ver con se sensualidad y el estímulo erótico. Los masajes, roces y caricias, son también un alto estimulante erótico.
Ambientes que seducen: Recrear ambientes que solo han estado en la imaginación, y que despiertan la sorpresa y la seducción, e invitan a la intimidad más confiada, no tiene porqué ser algo complicado. Una cálida iluminación de velas tan solo, o un lugar que sugiera escenarios de ensueño, pueden bastar para despertar la imaginación conjunta de la pareja. El factor sorpresa en la creación del ambiente, puede ayudar a seducir a la pareja.
Ataduras pasionales: Una fantasía recurrente es la de imaginar que una de las integrantes de la pareja es inmovilizada, quedando a merced de las artes amatorias de la otra parte. Es un sensual ejercicio de confianza, en el que la responsabilidad del mutuo goce en la relación recae sobre quien ata, que por unos minutos se vuelve en quien ostenta todo el poder sobre la pareja. Como en el caso de la privación de visión, debe ser un juego permitido por la parte que se somete.
Susurros provocativos: Deslizar en el oído de la persona deseada palabras que provoquen su imaginación sexual, o que recreen fantasías sexuales para estimular ese deseo, puede ser también un recurso para despertar la complicidad erótica.
Existen multitud de posibilidades, que solo dependen de la creatividad, fantasía y ganas de innovar de los miembros de cada pareja. Aquí solo hemos querido dejar una pincelada de las muchas maneras de comportarse sexualmente que pueden sacar de la rutina y construir una intimidad sexual más divertida o estimulante. Ahora, si lo desean, hagan gala de su imaginación e involucren a su pareja en una aventura sexual que solo ustedes dos pueden vivir.