El orgasmo es un breve episodio de liberación física del aumento previo de la tensión muscular, de la congestión sanguínea pélvica y de la sensación corporal de excitación, y la percepción subjetiva de este clímax. Esta liberación energética se evidencia por descargas musculares rítmicas a nivel genital; aunque también comprometen el resto del cuerpo. Estas contracciones son sumamente placenteras para ambos sexos y producen una sensación de alivio y relajación. Después de ellas al hombre y a la mujer los invade una sensación de placidez, bienestar y afecto mutuo.
El orgasmo es una sensación absolutamente subjetiva: es como sentir que toda la existencia se condensa en un instante, se expande y explota en un grito de plenitud y triunfo. Es como perderse en el infinito y salir de él, es ganar energía, fuerza, vitalidad; es como sumergirse en un oleaje profundo y rítmico que nos arroja a la superficie clara y vital.